LA HISTORIA SE REPITE: Como un círculo vicioso, La historia del prócer centroamericano a 165 años por cumplir después de su asesinato, (pues no fue juzgado) del General José Francisco Morazán Quezada, conozcamos parte del sentir y pensar de el Apóstol de la Patria y Libertarios Revolucionarios Cubanos que fueron albergados y dignificados por el Pueblo y Gobierno Hondureño de ésa época.
Hoy a paso de los años, la Historia se repite ésta vez a la inversa; el Pueblo y Gobierno Cubano ALBERGA, EDUCA a parte de nuestra gente que será la encargada de realizar el cambio que nuestra Patria necesita.
Perdonádme, si mi ignorancia es tal, como para solicitaros se informe de éste trabajo del Programa Universitario de Difusión de Estudios Latinoamericanos de la U.N.A.M. sea publicado para aquellos que no conocemos esa Rica y Hermosa Historia compartida entre los Pueblos Honduro-Cubano, en especial a los estudiantes de medicina de mi País y a los que por su juventud desconozcan de éste paso por Martí, Máximo Gómez Antonio Maceo entre otros, que a continuación transcribo.
Martí en Honduras:
Esos inmigrantes políticos en tierras centroamericanas, provenientes de las luchas por la independencia de Cuba, los encabezaba el General Máximo Gómez. Este gran patriota e infatigable luchador de nuestra América, llegó a Honduras procedente de Jamaica el 3 de febrero de 1879 por el puerto de Amapala. Días más tarde, el 9 de febrero fue recibido en Tegucigalpa por el presidente Dr. Marco Aurelio Soto y por su Ministro General el doctor Ramón Rosa. Tal distinción depositada en Máximo Gómez, se refrenda el 22 de abril de ese año de 1879, cuando en el periódico oficial La Gaceta, en su número correspondiente al número 42, aparece el despacho del General Máximo Gómez, en el que se consigna:
Secretaría General de Gobierno Constitucional, Tegucigalpa, febrero 13 de 1879. En consideración a los méritos que por su honradez, valor y lealtad ha contraído en su carrera militar el general Don Máximo Gómez; y atendiendo a las buenas disposiciones que lo animan en favor de la República; por tanto, el Presidente acuerda conferirle el grado de General de División del Ejército, y que en consecuencia por la Secretaría de Estado en el Departamento de Guerra, se le extienda el correspondiente despacho. Rubricado por el Señor Presidente Rosa.(32)
Sobre este mismo pasaje, se afirma que Eugenio María de Hostos, en un artículo fechado en 1897, relativo a su amigo, Máximo Gómez, llegó a señalar: "...de Jamaica fue a Honduras, en donde el Presidente Soto, quien había sido nuestro amigo en la emigración de Nueva York, y que siempre ha sido un partidario ejemplar de la independencia de las Antillas, le encomendó la organización del ejército Hondureño".(33)
En esos años la administración liberal de Marco Aurelio Soto, tenía como elemento ideológico el pensamiento positivista. El auge reformador del liberalismo latinoamericano encontraba en ese momento en Honduras el terreno más fértil para las reformas liberales. Soto impulsaba en la construcción de su Estado nacional una serie iniciativas reformadoras que en Guatemala se estaban llevando adelante y que se inspiran en las realizaciones Morazánicas de la década de 1830-1840 y que recogían el aliento de la revolución liberal mexicana de Benito Juárez, Melchor Ocampo y Sebastián Lerdo de Tejada".(34)
En este sentido, también se sostiene que el gobierno del doctor Soto, inicia una acción pública que se canaliza en los principios de la reforma liberal, como aporte de la filosofía del positivismo, plasmada en la Constitución de 1880... El fija el punto de partida de la verdadera organización de la república, ensayando el reinado de la cultura moderna. Soto ha sido un caso único, por la obra que realizó y por sus méritos intrínsecos.(35)
De esta forma puede entenderse que la serie de proyectos reformadores que impulsó Marco Aurelio Soto, dieron pie para la presencia de dirigentes revolucionarios cubanos como Máximo Gómez y Antonio Maceo. En este contexto podemos identificar como José Martí jugó un papel capital en la presencia de los cubanos independentistas en Honduras. Se dice que, para Máximo Gómez y el resto de patriotas cubanos que le acompañaron, la situación política de Honduras les era propicia y no vacilaron en acogerse a la protección que les brindaba el Presidente Soto, y en especial el Dr. Ramón Rosa, Ministro Secretario General de gobierno. El contacto para lograr el viaje de Máximo Gómez y sus compañeros, lo inició José Martí. Este había conocido en Guatemala, al ilustre hondureño, Dr. Adolfo Zúñiga y al mismo Dr. Soto, cuando éstos colaboraban en el gobierno reformador de Justo Rufino Barrios.(36)
Se agrega también, con respecto a este pasaje de los contactos de Martí con los actores centrales del proyecto liberal en Honduras, que el propio José Martí le escribió a Marco Aurelio Soto para preguntarle y a la vez proponerle si, el Dr. Soto estaría dispuesto a acoger un grupo de cubanos, cultos, patriotas, lanzados por las playas de países americanos, pasando dificultades y quienes podrían cooperar en los trabajos que va a emprender el gobierno y tendrían la oportunidad de ganarse el alimento diario de ellos y sus familiares.(37)
El respaldo y apoyo que recibieron los exiliados cubanos por parte del gobierno de Honduras, fue fundamental para el proceso de independencia de Cuba. Pero también demostró y reconfirmó los principios de solidaridad de un gobierno liberal de la época con un movimiento emancipador de nuestra América que todavía en ese entonces no había logrado arrancar en su país el yugo colonial. Con base en esos principios y respaldo, Máximo Gómez pudo recibir un donativo de cinco mil pesos que aprobó el Congreso Nacional de Honduras para hacer posible que llegaran a su territorio un grupo de cubanos revolucionarios. Así, junto a la presencia de Máximo Gómez, figuraron: Tomas Estrada Palma, José Joaquín Palma, Antonio Maceo, Enrique Loynos del Castillo, Carlos Roloff, Flor Crombet, Eusebio Hernández, Francisco Paula y Flores, Raúl Grave de Peralta, Pompeyo Bertot y José Dolores Pérez (este último sobrino de Máximo Gómez).
Con la llegada de este destacamento de luchadores, el gobierno hondureño mostró políticamente en esa solidaridad con Cuba, el contenido y la esencia de un proyecto para la construcción de un Estado nacional. Formalmente Honduras era un país independiente, la consolidación del proyecto de nación, requería brindar su respaldo a quien en América no lo había logrado. Así la independencia en Cuba, contribuía a levantar el proyecto liberal y la armazón ideológico-política de Honduras como nación moderna. Se puede pensar que en virtud de esos principios,
La pléyade de revolucionarios encontró en Honduras el respiro ansiado para trabajar libremente y ofrecer sus servicios a la construcción del país que les abría sus puertas. Antonio Maceo fue nombrado Comandante en Jefe de la Plaza de Tegucigalpa, Comayagua y La Paz, con rango de General de División; don Tomás Estrada Palma organizó el Correo y Telégrafo Nacionales (se casó después con una hija del ex-presidente hondureño Santos Guardiola); Carlos Roloff ocupó la administración de un banco comercial y se casó con otra hija del ex-presidente Guardiola; el Dr. Eusebio Hernández organizó el primer Hospital General de país (hoy San Felipe); Flor Cronbet, Gobernador de una provincia; Paula y Flores (el único maestro que tiene busto en Honduras) organizó el colegio de secundaria "La Fraternidad" en Juticalpa; Grave de Peralta y Bertot permanecieron en La Ceiba, en negocios de exportación; José Dolores Pérez Gómez se radicó en San Pedro Sula, contrajo matrimonio y formó familia allí. El poeta José Joaquín Palma, era el alma de la Academia Literaria de Honduras, junto con el Dr. Ramón Rosa, y ayudaba a éste en la redacción de los Decretos y Reglamentos del gobierno del Dr. Soto.(38)
Esa estima personal y afecto de José Martí hacia hombres y mujeres de Honduras se vió reflejado en diversos testimonios. Los que hizo patentes como en el caso de la esposa de Tomás Estrada Palma. En un artículo titulado "El Colegio de Tomás Estrada Palma en Central Valley", muestra ese afecto personal sobre la hija del ex presidente hondureño Santos Guardiola. Martí afirma sobre ella: " la madre de todos, la que con su mansedumbre de paloma vela, adorada, por la salud y la dicha de aquel vasto hogar, la hondureña que ha ligado su vida, purímisa a la del maestro, ponía al pecho de sus hijos los tres colores de la libertad ".(39)
Finalmente para concluir sobre la importancia que Honduras tuvo para la vida y obra de José Martí, podemos identificar otro rico testimonio y muestra de su perfil de agudo observador y analista de la historia hondureña. Es importante señalar que José Martí supo identificar y valorar la importancia histórica del gran patriota y presidente centroamericano en el siglo XIX, Francisco Morazán. Al caracterizar a ese prócer y al contexto histórico en que vivió en Honduras, Martí reconoce en él, las cualidades y el genio que puede llegar a tener un hombre que sin contar con una educación formal o escolarizada, alcanza a ser un portento de sabiduría. Así, Martí ve en Morazán la soberbia e inteligente figura de un gran héroe de nuestra América. Valorando la dimensión del más ilustre prócer centroamericano del siglo XIX, y sin lugar a dudas del más destacado patriota hondureño, Martí afirmó que él fue: "Un genio poderoso, un estratega, un orador, un verdadero estadista, el único quizás que haya producido la América Central, el general Morazán".(40)
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